En España, los directores de empresas de más de 10 trabajadores, gana casi tres veces lo que un empleado medio, una brecha que ha crecido alrededor de un 45% desde 1995, según la encuesta coyuntural de salarios del INE con datos de 2008.
Pero si echamos un vistazo a las grandes empresas de la bolsa española, las del selectivo grupo del Ibex 35, la brecha es mucho más considerable, los consejeros ejecutivos ganaron una media de 2,3 millones de euros en 2010, en función del salario promedio que tengan los empleados en cada una de las empresas, salen los ratios. El sueldo medio de estos consejeros ejecutivos del Ibex los mejor pagados ha crecido un 64% en seis años.
El ideario económico europeo ha puesto el foco en necesidades de vincular los sueldos de los trabajadores a la productividad, es lo que pide Alemania, lo que acaban de asumir el resto de gobiernos europeos, incluido el español, y lo que reclama el Banco de España y un tropel de expertos de los distintos gabinetes de análisis, pero los sueldos de los directivos también aparecen en el punto de mira y su cara factura social sobre todo en el trémulo sector financiero.
Económicamente no es aceptable que muchos directivos de empresas como las del Ibex 35 con la grave situación económica por la que atraviesa este país se permitan seguir teniendo estos ingresos exorbitados sin ninguna regulación por parte del gobierno en materia de impuestos para los que más rentas tienen y que pueden aportar un aire económico y aportar así mayor capital y así repercuta más en la población más desfavorecida que está pasando por momento complicados como manera de compensación.
Es acojonante que esto todavía siga ocurriendo, sobre todo en empresas que han sido intervenidas por el estado, con este tipo de cosas no me extraña que la prima de riesgo siga aumentando y los mercados desconfíen de nosotros.