Las noticias de economía nos llevan a Ángela Merkel, canciller alemana, quien aportó su idea para que España reforme la negociación colectiva, dejando la teoría que venía manejando el gobierno, en desuso. La idea se afirma en liberar los salarios de la inflación; propuesta que José Manuel Campa, secretario de Estado de Economía, le ha parecido realmente tentadora, para no seguir cayendo en el error y el obstáculo que suponen los salarios con valores por encima de los de la productividad.
La canciller alemana, quien pisa realmente firme con cada propuesta, también ha conquistado el pensamiento de Valeriano Gómez, el actual Ministro de Trabajo, aunque de todas maneras explicara que siempre es positivo y fértil, mantener una relación coherente entre la evolución de los precios con la de los salarios. Aunque todos sabemos muy bien que eso es muy difícil, y realmente sorprendente si se logra. Si bien esto que dice y subraya el Ministro Gómez es coherente y conveniente, trayéndolo y comparándolo con la realidad, se muestra como algo ilusorio.
En este sentido, las empresas hacen su aporte y mientras se adaptan a las nuevas condiciones, diseñan convenios como el que se llevó a cabo en los Grandes Almacenes para 2010. Es más, para el 2012 se especula que se tratará de vincular la suba salarial con la de la empresa, así como también con la del sector.
Ahora, queda en el tintero la definición de la forma y los criterios que se tomarán en cuenta a la hora de medir la productividad, antes de concretar salarios.