Desde hace relativamente poco tiempo, las empresas de reunificación de deudas comenzaron a aflorar en nuestro país, con relativo éxito. Sin embargo, la demanda de sus servicios ha crecido enormemente en el último año, como consecuencia de la precaria situación económica por la que atraviesan muchas familias, que les ha llevado irremediablemente a la reducción de gastos.
La reunificación de deudas consiste en agrupar todos los préstamos de cualquier índole (préstamos personales y tarjetas de crédito son los más habituales) y conseguir un solo crédito, en este caso hipotecario, y que se hará sobre la vivienda del deudor. Obviamente, para poder conseguir formalizar esta modalidad de financiación, hay que ser propietario de un inmueble que esté libre de cargas y, además, el montante a unificar no podrá sobrepasar el valor de tasación de dicha vivienda.
La reunificación, como tal, se ha practicado desde siempre por los Bancos y Cajas de ahorro españoles, incluso se han concedido créditos adjudicándolos como partidas hipotecarias, con el fin de que las familias pudieran afrontar mayores plazos de amortización y menores tasas de interés.
La aparición de estas empresas de reunificación de deudas ha conseguido que muchas economías familiares pudieran conseguir unas mejores condiciones en sus empréstitos y una mayor tranquilidad económica.
Hay que tener muy claro que estas empresas NO CONCEDEN LOS CRÉDITOS, sino que actúan como intermediarias de la mayoría de entidades financieras, consiguiendo para el cliente unas mejores condiciones que si este lo negociara solo con un Banco.
Igualmente hay que tener en cuenta que estas compañías cobran por sus servicios un porcentaje del crédito que pueden conseguir, por lo que es recomendable, ANTES de contratarles la gestión, consultar sus tarifas para no llevarse sorpresas desagradables llegado el momento.